sábado, 20 de junio de 2009

Cuento por: Marisunshine


¿Qué prefieres, coca o agua?

¿Me invitas a comer macarrones con queso? Le pregunté a Leonardo, titubeó un si mezclado con el deseo del no, aun así acepte su indecisión; que excitante era el ver a Leonardo preparándome macarrones con queso y preguntándome con que ingrediente extra lo quería. Casi siempre los prefería con champiñones, así es que opté por las verduras. Le pedí que me sirviera una ración pequeña, pero acostumbraba rellenarme el plato pastelero hasta desbordarse. Amaba a Leonardo, un chico generalmente culturizado por el rigor de su carácter y por el contexto social en el cual se desarrolló. Siempre se enojaba cuando le recordaba de donde venía. Yo era tan solo una estudiante de ciencias, hija de obreros, que en su juventud no leía ni los libros de texto que le regalaban en la escuela y acostumbrada a sólo lo necesario. Recuerdo a mi padre decir: libros, visitas a museos, viajes, esos son solo lujos de los ricachones. Me preguntó ¿Qué prefieres coca o agua? Prefería tomar agua, porque la coca tenía más de una semana en casa; continuamente le externaba cuanto odiaba la coca sin gas, pero siempre me lo preguntaba. Con mi vaso de agua en mano recordé la vez que hicimos el amor en aquella mesa con mantel de plástico adornado con figuritas de pan de dulce, donde en ese instante desbordaban los macarrones con queso y verduras. Comíamos mientras intercambiábamos sonrisas de odio y desencanto; yo le amaba. Me levante de la mesa, salí de aquella casa fría, sonreí y recordé el instante cuando Leonardo vaciaba el queso a los macarrones.

Especies Femeninas: Relatos literarios

Cristhian Caje, Universidad de Caxias do Sul
Estudiante de intercambio en la BUAP-2007


Las profecías podrían ser las manifestaciones más misteriosas de la mente humana; «Las Predicciones Mayas», las «Centurias» de Nostradamus y los Siete Jinetes del Apocalipsis, todas con un único objetivo principal, advertir a los lectores sobre las consecuencias de la venganza, la arrogancia y la impiedad. Su veracidad dependerá de manifestaciones catastróficas, teniendo como finalidad el destino de la humanidad.
Aún más misteriosa que la inspiración profética de los videntes, son las grandes obras de la literatura clásica, que se adelantan a la realidad como una gran resistencia al tiempo y las tradiciones de los pueblos.
En la comedia griega Lisístrata, de Aristófanes, vemos un grupo de mujeres que indignadas con la ausencia constante de sus maridos por causa de las guerras de Peloponeso, aceptan la propuesta de la protagonista de hacer una huelga de sexo, obligando a los hombres a parar de combatir.
En una Grecia plena de “Hegemonías Políticas”, donde se desenvolvían modelos imperialistas entre Esparta y Atenas, los diálogos de esta comedia resaltan las razones femeninas, ellas serían mejores que los hombres para resolver estos conflictos, olvidando el argumento masculino que afirma que el lugar de las mujeres es dentro de casa.
Sus artimañas eran juegos permanentes de seducción, de avances y retrocesos, la trama solo acaba con la victoria de las mujeres, materializada en un acuerdo de paz entre Atenas y Esparta. Todo esto en un texto creado por un hombre, 400 años antes de Cristo.
¿Será que la lógica que llevó a estas mujeres a sacrificar su única recompensa como casadas por el bien de la comunidad, no es la misma que nos lleva hoy a organizarnos en inmensas minorías de fuerte actitud política, para así hacer frente a poderes arcaicos como el racismo, el machismo o nuevas configuraciones de guerras?
Calentamiento global, inestabilidades políticas, crisis económicas. Son realidades que nos mantienen distraídos de los conflictos de géneros, de libertad y de independencia, tan distantes en su entendimiento y tan presentes en nuestro cotidiano. Este autor, hace mucho tiempo atrás, ya recreaba la relación de poder entre las clases dominantes y las minorías segregadas, usando la comedia para resaltar el poder que ellas tienen.
Dando como ejemplo concreto de mi hipótesis, hoy vemos a la mayor potencia económica del mundo siendo gobernada por primera vez por un hombre negro y ya se cuestionó la posibilidad de una mujer asumir el frente. Países como Alemania, Argentina, Chile, están siendo trabajados hoy con un fuerte instinto femenino. Brasil se perfila a vestir faldas y tacones en las próximas elecciones presidenciales y en Bolivia hoy, un líder de origen indígena es el máximo representante del estado; país fundado para excluir a la mayoría de la población de origen Aimara y Quechua.
Pero me gustaría arriesgarme más y pensar que, lejos de una disputa de géneros o de una mera lucha de clases, esta obra prima del teatro griego trae una fuerte profecía sobre el instinto femenino, o la posibilidad de todos de ser femeninos en momentos de guerra.
En la guerra las mujeres cumplen una función importante, son ellas que dan imagen a la violencia. Ellas o lo que representan como salvadoras de gran sensibilidad, es el gran ambivalente al comportamiento deshumano al que llegamos. Me refiero a la mujer género y no al condicionante sexual que las hace.
En los años ochenta Colombia pasaba sus peores crisis en la disputa de territorio con las FARC. En su intención de elevar conciencia, la artista Beatriz González intervino un campo tomado por fuerzas paramilitares con flores de plástico, llevando al local una representación femenina, simbólica y delicada.
Entonces, ¿este mundo sustentable, orgánico, ecológicamente consiente y femenino, es una forma de hacer presión a las aberraciones cometidas como consumidores inconscientes? ¿No será un despertar intuitivo, como fue la huelga de sexo en las mujeres atenienses durante la guerra do Peloponeso? ¿Será que como especie poseemos la habilidad natural de convertirnos en femeninos cuando nuestros hombres, clases dominantes y géneros dominantes pasan más tiempo construyendo la guerra?

El imperio de lo efímero.

Por: El Zángano Redentor.

Antes de que Lipovetsky escribiera El Imperio de lo efímero los teóricos sociales no habían posado su mirada en el fenómeno de la moda bajo una óptica posmoderna; el problema había sido tratado bajo una perspectiva marxista, donde la moda era utilizada para explicar diversas estructuras de poder, así como para relatar, desde una representación textil, la simbología de superioridad utilizada por la burguesía como forma de distinción ante el vulgo.
En contraparte a ello, este académico francés dedicó años de investigación al estudio del fenómeno moda (exclusivo de la cultura occidental), obteniendo como resultado toda una teoría social de corte posmoderno, donde la moda es explicada desde sus orígenes (allá por el final de la edad media), su institucionalización en el París de los años 20 a través de la Alta Costura, su democratización como parte de la avalancha del proyecto moderno y su estancia hipermoderna, lugar en el que existe no sólo en lo referente a la vestimenta, sino más bien como una estructura autosustentable, un circuito inmiscuido que rige las prácticas culturales occidentales más cotidianas, así como las grandes estructuras sociales (medios de comunicación, publicidad, producción y consumo de objetos, los cambios ideológicos y sociales); un perímetro hegemónico que va de la mano con el sentir y vivir de los tiempos actuales, donde todo gira alrededor del individuo y cuya principal característica es una tradición de ruptura, de cambio, de búsqueda continua de la innovación; escenario social en el que lo único continuo es lo discontinuo y el pasado, anteriormente glorificado, es motivo de olvido. La atención se enfoca, de manera total, en el presente, en el aquí y ahora.
Para este galo la explicación de la moda como un sistema que vive gracias al consumo competitivo y a la búsqueda de la diferenciación de clases, ha sido superada por el escenario posmoderno: ahora el circuito moda es gobernado por el espíritu hedonista de los individuos, la mirada del otro es cada vez menos trascendente y lo importante es la satisfacción de narciso(yo), el placer adquirido a través del los bienes y productos más nuevos; una sociedad que vive expuesta, de manera continua, a la máxima de la seducción y vive obsesionada con el diseño de la imagen y las innovaciones tecnológicas.
Desde mi perspectiva lo planteado por Lipovetsky es cierto (en gran parte por la grande y convincente maquinaria teórica que plantea) y no sólo en el ámbito de la industria textil, la cual goza de dos temporadas anuales, concuerdo también con el escenario social-mercantil-ideológico que propone; vivimos en una época donde la moda se ha instalado como un imperio que rige las directrices centrales de nuestra cultura. Es curioso como tendemos a trivializar el concepto de moda, trivialización que proviene, tal vez, de lo inmiscuido que está este circuito en nuestras vidas diarias, de lo asentado que está en lo cotidiano, volviendo invisible el impacto real que este fenómeno ha traído a la organización de las sociedades occidentales actuales, impacto que, con gran agudeza, Lipovetsky nos relata en este texto indispensable para entender la complejísima y naturalmente contradictoria vida del tiempo en el que vivimos.
Diagnóstico de un fenómeno de total trascendencia para los tiempos actuales que, lejos de ser apocalíptico, es propuesto como un motor para la revitalización de las democracias y la adquisición de autonomía en los individuos. Brillante.




miércoles, 15 de abril de 2009

El país de las últimas cosas

El país de las últimas cosas
Por El Zángano Redentor


Imagina que te levantas por la mañana en tu casa, aún con los nebulosos y confusos pensares que ofrece el estar mitad en el mundo onírico, mitad en el mundo real. Ya despabilado y con el ritmo de la vida moderna en la cabeza
piensas en lo que tienes que hacer.
Agobiado por la inevitable rutina de tu día decides que un poco de luz matutina en tus pupilas y
cuerpo te pondrá al chingazo. Abres violentamente la cortina esperando que la luz se filtre a través de tus vidrios y esperando también, ver ese paisaje familiar el cual conoces como la palma de tu mano. Pero no, hoy no. Hoy la vista desde tu ventana es totalmente diferente: los edificios se desmoronan, el cielo es tan negro como el carbón, todo está poblado de desolación, basura y destrucción. Centenares de cuerpos sin vida pueblan el horizonte y petrificado de horror cierras los ojos para escapar de tan grotesca y terrorífica visión. Al abrirlos el panorama ha cambiado drásticamente, es aún peor: las endebles estructuras arquitectónicas han terminado de sucumbir, los cadáveres ahora son cenizas que vuelan por el cielo pudriéndolo, intoxicándolo y un millar más de nuevos cuerpos
inertes brotan del suelo cual flores en primavera. Petrificado das un paso hacia atrás y todo el entorno te susurra diabólicamente al oído que puede ser el último. Con sumo cuidado das otro paso hacia atrás y descubres que fue radicalmente diferente al otro y así hasta el infinito, de esa diferencia depende tu
existencia, aquí la naturaleza secuenciada de las cosas es un chiste negro. Has entrado en un lugar donde la continuidad es una mera utopía, un fantasma que bracea en el mar de lo imposible, donde quienes lo habitan rezan por el regreso de la rutina que un día les carcomió los huesos. Has entrado en El país de las últimas cosas.
Anna Blume escribe una carta a su novio donde relata lo que sucede en una ciudad sin nombre ubicada en El país de las últimas cosas, lugar donde las costumbres de la vida dia-
ria han sido desechadas y conseguir la muerte es una misión de existencia: los corredores entrenan para poder llevar a cabo una última ca-
rrera donde, si son exitosos, morirán de cansancio. Personas hacen filas para poder ingresar a clubes de
eutanasia, el único negocio ren-
table en toda la ciudad. Los suicidas en las azoteas de los edificios son vitoreados por las masas para que lancen sus cuerpos al aire y clubes de asesinato proliferan como Mc Donalds. Mientras tanto, Anna busca dos cosas: sobrevivir compren-
diendo que todo lo que ve puede ser el último ejemplar de su especie y encontrar a su hermano.
A través de este oscuro argumento Paul Auster logra tejer una de las más fantásticas travesías de la
literaratura posmoderna al infierno. Su capacidad para degenerar todo aquello que hemos
construido como cultura y lo cual nos da tranquilidad en la vida diaria, hacen brotar una reflexión sobre las fauces sobre los cuales navega el
desorientado individuo posmo-
derno: la desvaloración de la existencia, la violencia estructural, la miseria, la deshumanización en las grandes urbes.
Este apocalipsis planteado por Auster es recomendable para aquellos que gusten explorar ese cúmulo de aspectos negativos que la condición humana lleva intrínsecamente aunados a ella. Su prosa es violenta, desoladora y profundamente cautivadora,
llevada a cabo de una manera tan estructural y lingüísticamente sencilla como perturbadora.
Una novela tan oscura como la más espesa de las noches, dotada de la innegable virtuosidad de la ima-
ginación de este gringo que con sus “novelas de ideas” se ha convertido en uno de los mejores escritores contemporáneos.
“Éstas son las últimas cosas -escribía ella-. Desaparecen una a una y no vuelven nunca más. Puedo hablarte de las que yo he visto, de las que ya no existen; pero dudo que haya tiempo para ello. Ahora todo ocurre tan rápidamente que no puedo seguir el ritmo.”



lunes, 23 de febrero de 2009

La Paloma

La Paloma
Autor: Patrick Süskind
Título original: Die Taube
Editorial: Seix Barral

Cómo mostrar la grandeza de un hombre. Podemos realizar el ejercicio desde una perspectiva exterior al hombre en turno, y de esta forma revisar sus logros materiales, sus triunfos profesionales y todo lo que nos indique una participación propia en el entorno perceptible. Otro camino, y quizás más revelador, es adentrarnos en un viaje intimista hacia los temores, preocupaciones, deseos, aspiraciones, placeres que nos acerquen a la conciencia que ese hombre tiene sobre su propia existencia y al sentido que alberga cada uno de esos estados en su realidad personal.
Entonces ¿se podría decir que aquellos con motivaciones trascendentales pueden mirar desde arriba a los que tienen motivos netamente terrenales? Decir que sí o que no ocultaría gran parte de la verdad. Es en lo mundano donde comprendemos nuestra naturaleza humana, donde nos vemos reflejados tal cual somos, sin que intervenga el sentido aspiracional que casi siempre va ligado a la trascendencia. Y es en las cuestiones de magna repercusión donde se pude vislumbrar el significado importante a las cosas, un desarrollo vital, un renacer que implique la creación pura después de la decadencia.
Algo cierto es que lo mundano es marginado, queda condenado a nuestra indiferencia y lo trascendente hará que una persona sea admirada si sus motivos son de resonancia sin que interese lo que logre y, aún más importante, el significado que tenga para sí mismo que debería ser lo importante. Pero también es cierto que muchas artistas centran sus obras en la simpleza, en el costumbrismo, en lo mundanal mientras son admirados y que para actuar por una causa notable para el mundo se deben tener motivaciones de igual magnitud independientemente de su sentido moral.
Analizado lo anterior creo que una conclusión no tan rebuscada es que lo importante no es el “qué” de nuestros motivos internos, la grandeza radica en el “cómo” y el “porqué” que engloba el valor significativo que le damos, el sentido para con nuestra existencia y la influencia que tendrá en los actos. Así podemos acercarnos a encontrar la magnificencia de un hombre. De la misma forma podemos mostrar la mediocridad humana, aquellas personas que viven sin saber realmente lo que implica existir. Se tiene una respuesta automática para un motivo automático con un sentido primitivo en una situación de lo más normal, una vida que no trata de encontrar un significado para un trasfondo existencial. Aún así esto puede ser más desolador si la persona vive así por decisión propia que por limitaciones provenientes de causas incontrolables.
Decir en que situación se encuentra cada persona es algo complicado debido a que el “porqué” y el “cómo” de lo que le da sentido a nuestra vida sólo puede ser conocido de forma individual. Esto provoca que al manifestarlo en explicaciones se transforme. Pero a pesar de todo lo hacemos porque nos ayuda a comprender a la humanidad junto con todo lo que hemos creado en nombre de ella. Entonces por qué no realizarlo en un ejercicio de ficción.
El protagonista de esta novela corta se llama Jonathan Noel, es un guardia de un banco que vive en París, pero más que vivir en París Jonathan Noel habita un mundo extremadamente personal construido con el esfuerzo de varios años dentro de una pequeña habitación. Mundo donde se puede controlar el orden, la limpieza, el tiempo. Un día en la puerta de su habitación se encuentra con una paloma, a partir de aquí que el transcurrir del día de este hombre se verá trastornado hasta el absurdo.
Esta paloma desnudará el sentido de la existencia de Jonathan. ¿Será que su vida es tan insustancial que algo tan común ponga de manifiesto la inutilidad de todo lo que ha logrado?, ¿habrá creado un espacio cercano a la perfección, tanto en su habitación como en su persona, que lo demás resulta repulsivo a su mirada?, ¿se tratará simplemente de un trastorno obsesivo-compulsivo que no puede controlarse? O ¿estaremos frente a un ejemplo del rompimiento de las relaciones sociales resultado del desconocimiento personal?


El Retrato de Dorian Grey: Oscar Wilde

Los personajes principales, Basil Hallwar, Lord Henry y principalmente Dorian Gray, hacen que el texto ubique la moral, la belleza y el arte como parte de la vida misma. Sin embargo el comportamiento de Lord Henry dentro de una sociedad conservadora en Londres, muestra que los caballeros muchas veces no tienen memoria, y que la maldad puede predominar por sobre todas las cosas.
La belleza de Dorian Gray es un don especial y también una característica bastante peligrosa, es causa de sufrimientos y de diversión, de agasajo y angustias. El arte por otra parte es planteado como algo fundamental en la existencia humana, que puede traer inmensas alegrías e irreparables pérdidas.



La hermosura está ligada a la superioridad, sin embargo Oscar Wilde enfatiza que los feos y los estúpidos son quienes mejor se la pasan en el mundo, ya que se ahorran los desengaños de la derrota, viven tranquilos, despreocupados e impasibles.
En esta obra literaria, la pintura de Dorian Gray guarda la apariencia de su alma, para que así conserve su belleza y juventud por lo largo de los años. Gray que a temprana edad conservaba un corazón puro y libre de maldad, se dejó influenciar por Lord Henry (que representaba los anti valores de esa época) que con el paso del tiempo lo condujo a la perdición psicológica y espiritual.
Esta novela, no permite dejar de leer el libro en ningún momento, la historia atrapa al lector desde el primer momento hasta el final, dejándolo con una agradable sensación.

Daniela Ramos García

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