sábado, 20 de junio de 2009

Cuento por: Marisunshine


¿Qué prefieres, coca o agua?

¿Me invitas a comer macarrones con queso? Le pregunté a Leonardo, titubeó un si mezclado con el deseo del no, aun así acepte su indecisión; que excitante era el ver a Leonardo preparándome macarrones con queso y preguntándome con que ingrediente extra lo quería. Casi siempre los prefería con champiñones, así es que opté por las verduras. Le pedí que me sirviera una ración pequeña, pero acostumbraba rellenarme el plato pastelero hasta desbordarse. Amaba a Leonardo, un chico generalmente culturizado por el rigor de su carácter y por el contexto social en el cual se desarrolló. Siempre se enojaba cuando le recordaba de donde venía. Yo era tan solo una estudiante de ciencias, hija de obreros, que en su juventud no leía ni los libros de texto que le regalaban en la escuela y acostumbrada a sólo lo necesario. Recuerdo a mi padre decir: libros, visitas a museos, viajes, esos son solo lujos de los ricachones. Me preguntó ¿Qué prefieres coca o agua? Prefería tomar agua, porque la coca tenía más de una semana en casa; continuamente le externaba cuanto odiaba la coca sin gas, pero siempre me lo preguntaba. Con mi vaso de agua en mano recordé la vez que hicimos el amor en aquella mesa con mantel de plástico adornado con figuritas de pan de dulce, donde en ese instante desbordaban los macarrones con queso y verduras. Comíamos mientras intercambiábamos sonrisas de odio y desencanto; yo le amaba. Me levante de la mesa, salí de aquella casa fría, sonreí y recordé el instante cuando Leonardo vaciaba el queso a los macarrones.

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